martes, 2 de marzo de 2010

Sobre la renuncia de Gómez Mont al PAN y las Alianzas PAN-PRD...

Por: Luis Enrique Martínez

Conducción:

Cuando haya dudas del actuar de Acción Nacional con respecto a ciertos temas, las respuestas son fácilmente identificables, y se encuentran en la doctrina de Acción Nacional. El 6 de Junio de 1939, justo cuando el Partido Acción Nacional se encontraba concretando sus planes fundacionales, Manuel Gómez Morin decía: "... Se funda no con la intensión de ser un partido ocasional, circunstancial. No será un partido de elecciones, sino una organización permanente con un cuerpo de doctrina, con una filosofía política y social que defenderá siempre" y unas décadas más tarde, Abel Vicencio Tovar, quien fuera también Presidente Nacional del PAN, señalaría la necesidad institucional de volver a las fuentes, urgencia del día de hoy hacia los gobernantes panistas y los dirigentes del PAN...

Decía Gómez Morín que el poder hay que merecerlo, y que "Acción Nacional nunca se casará con un régimen, ni aun con el que pudieran formar hombres suyos llegados al poder..." frase destacable en estos momentos que atraviesa el PAN, cuando un importante miembro de dicho partido y Secretario de Gobernación, renuncia a sus filas por no haber logrado hacer respetar el pacto que a nombre del PAN, éste haría con el Revolucionario Institucional.

El Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont ha sido elogiado por la opinión pública destacándolo como un hombre congruente y que defiende su palabra, y en efecto, a simple vista y lo que el Gobierno Federal y los medios de información han hecho ver a los ciudadanos mexicanos es esa versión de la historia, cuando como panista, y como gobernante, fue incongruente con los postulados de Acción Nacional.

El PAN siempre ha defendido que debe haber una sana distancia, misma que no implica que no haya coordinación, entre el partido y sus gobiernos, así como también que las decisiones que sean del PAN, se deben tomar en el PAN y solamente en el PAN, excluyendo a grupos externos de cualquier tipo, y al mismo gobierno aunque sea panista, que sin dejar de tomarlo en cuenta, no debe dictar las decisiones del PAN desde la oficina en que despache.

El embrollo se encuentra en que el Secretario de Gobernación Gómez Mont negoció con el PRI que el PAN no se aliara con el PRD para los procesos electorales del año 2010, especialmente el de Oaxaca, a cambio de que el PRI aprobara la propuesta de reforma fiscal del Gobierno Federal.

El hecho es que Gómez Mont, como Secretario de Gobernación no contaba con ninguna autoridad para negociar temas del PAN ni con el PRI, ni con ningún otro partido político o institución del tipo que fuera, pues no era representante del PAN, sino del Gobierno Federal.

La crítica versa en que los gobiernos de Acción Nacional, por simple congruencia, no pueden dictar a este partido las acciones que debe realizar, ni el partido debe ser un servidor de sus gobiernos y/o gobernantes, pues se convertiría en un partido de estado, como lo fue el PRI mientras mantuvo la Presidencia de la República.

En el partido del régimen, como lo clasificaría Valdez Zurita, era el Presidente de la República quien decidía la conducción del PRI e incluso elegía de manera unilateral y totalmente antidemocrática quién sería su sucesor, sin tomar en cuenta a la dirigencia de dicho instituto político, ni mucho menos a su militancia. El PAN no puede ser eso, pues se convertiría en lo mismo que durante toda su vida ha criticado.

Con respecto a las alianzas, toda alianza electoral del PAN con cualquier otro partido político, que sea fundamentada en un bien mayor, y no sea un simple “episodio electoral” como mencionaba González Luna, debe ser bien vista y aprobada por el panismo.

La existencia de diversos partidos políticos en México, evidencia una clara pluralidad de ideas, y ninguno de estos partidos será igual, tanto por sus miembros, como por sus principios, ideología, doctrina, e incluso por las circunstancias históricas que influyeron para que un grupo de personas decidiera formar cada uno de esos partidos. Las alianzas con partidos políticos con los que Acción Nacional difiere en algunos temas, como es natural por lo ya antes expuesto, prueban que en México sí se puede hacer acuerdos, incluso entre grupos de personas que difieren en diversos aspectos.

El PAN siempre se ha destacado por ser, donde no es gobierno, un opositor gradualista, convencido de los consensos y se empeña en buscar coincidencias y diluir diferencias, un opositor que siempre se ha destacado por privilegiar la vía del diálogo fundamentado en su vocación humanista, es por ello que Acción Nacional se atreve a formar alianzas con fuerzas electorales con las que puede ser distinto; sin embargo, la virtud del PAN es lograr trabajar sobre las coincidencias y no sobre las diferencias. Todos somos mexicanos y el objetivo se debe llamar México.

La incertidumbre de destacados panistas que han señalado como no convenientes y sin sustento a las alianzas electorales, como el caso de Manuel Espino, ex Presidente Nacional del PAN y actual Presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, no versa sobre si los candidatos de las alianzas lograrán ganar los cargos de elección popular, sino sobre la efectividad que tendrán sus gobiernos, lo que seguramente será visto y analizado profundamente cuando dichas gestiones hayan concluido, solo es cuestión de tiempo.